lunes, 29 de diciembre de 2014

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: Carnaval Diablo

Título*:Carnaval Diablo
Autor*:Emmiliano Salvado
Tema*:Cuentos de terror


Sebastian estaba en medio de un paseo de vacaciones en la costa con sus amigos, se pasaron el día en distintos tipos de atracciones de la zona, hasta que anocheció y volvían a la cabaña que habían alquilado, la cual quedaba en medio de un bosque verde y pintoresco, en el cual había también otras cabañas...
A mitad de camino vieron luces a lo lejos en medio del bosque, demasiadas para ser una cabaña, así que se acercaron, satisfaciendo su curiosidad. Era una feria.
Había tiendas grandes y chicas y de todos los colores, diversos juegos con distintos premios, retos y competencias para la gente del público, pero lo más importante, según los carteles del lugar, era el "Carnaval Diablo".
A la medianoche, finalmente toda la feria se preparo para cerrar con el "Carnaval Diablo" antes de desmontar el lugar e irse. Sebastián y sus amigos se prepararon, se disfrazaron con máscaras y otras prendas que los que trabajaban allí les ofrecían disfrazes de animales, la música comenzó a sonar y la gente comenzó a festejar, había mucha bebida también.
Sebastian comenzó a notar que la música comenzaba a cambiar gradualmente de la música de moda a una más parecida al folklore, con un ritmo extraño que transmitía inquietud, pero la gente seguía bailando, bebiendo y festejando. Cada vez que Sebastian pasaba por al lado de los empleados vestidos de animales los escuchaba rugir, pero no como una imitación, sino como si rugieran de verdad; el muchacho se empezó a inquietar e intento llamar a sus amigos, pero no los encontraba. A medida que pasaba el tiempo, Sebastián notaba que cada vez que una persona sonreía, se podían ver dos filosos colmillos asomarse desde la dentadura. Las personas adoptaban un color de piel extraño, el mismo color que sus máscaras y atuendos. La música folklore fue eventualmente reemplazada por tamboras. Las personas dejaron de usar palabras y comenzaban a rugir, gemir y gritar. Mientras saltaban y se agitaban, sus extremidades se alargaban y se deformaban, sus orejas se volvían puntiagudas y les salían cuernos y garras. Sebastián desesperado comenzó a gritar el nombre de cada uno de sus amigos, pero al ver que no había caso, salió corriendo, esto tampoco tuvo resultado.
Los demonios danzantes se encontraban en todos lados, Sebastián no encontraba salida, su cordura se comenzó a quebrar y, desesperado, comenzó a saltar, agitando las piernas y los brazos, y a gritar y chillar. A fin de cuentas, él también terminó danzando a la par de los tambores, como un demonio más del "Carnaval Diablo".

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