viernes, 2 de mayo de 2014

2

: El barrio del señor McGreen (Parte 2)

Título*:El barrio del señor McGreen (Parte 2)
Autor*:J.S. Castro
Tema*:Suspenso, terror.


Y ahí estábamos Jessy y yo entrando por aquel barrio lleno de casa pequeñas y sencillas pero bastante lindas supuse que todos estaban dormidos y es cierto quién rayos estaría despierto a estas horas de la madrugada? Sólo Jessy y yo por haber ido a esa fiesta, caminábamos lentamente y en silencio, se podía ver a kilómetros cierta tensión que había entre nosotras nadie decía nada; creo que aquella historia como salida de una película de terror ya causaba efecto en nosotras y se podía siquiera respirar el miedo que nos causaba...


Decidimos caminar un poco más rápido y PAM como por arte de magia ya estábamos en la propiedad del loco, me quede mirando fijamente a la casa de aquel imbécil mal descuidada, despintada en fin, toda una porquería de hogar para ese loco psicópata, Jessy miraba conmigo aquella casa, pero nos fijamos que el picaporte se estaba moviendo como sí alguien fuera a salir en ese momento, así que decidimos escondernos cuanto antes detrás de la cortina de arbustos que cubrían una pared que daba justo enfrente de la casa de ese idiota pero para no hacer nuestra presencia más evidente Jessy como puedo se sostuvo a un fierro que colgaba arriba de ella y ese fierro seguía escondido entre la cortina de arbustos acto seguido me tomo como podía para que nuestros pies no fueran visibles para ese señor al igual que nuestro cuerpo.

-Salgan par de zorras. -Decía por lo bajo aquel imbécil. -No crean que no las he visto, una es morena y la otra es una rubia oxigenada así que salgan para que pueda acabar con las dos.

Jessy y yo estábamos asustadas aterradas y nuestros corazones juntos latían a mil por segundo, Yo miraba fijamente por aquel manto de arbustos que la cubría podía ver a aquel hombre claramente, alto, fornido, de cabello negro azabache con ciertas canas por su evidente edad, ojos azules y piel clara, no estaba mal, pero estaba loco el tipo ese.

-Zorritas ¡Salgan ya coño! No tengo tiempo para perseguirlas así que o por las buenas o por las malas ustedes eligen, pero hasta que no salgan me quedare aquí. -Amenazo aquel hombre fornido de 40 años.

Y seguía mirando fijamente a ese hombre aún siendo cubierta por los arbustos pero se llevo un susto de muerte cuando el hombre también miraba fijamente y de cerca a donde Jessy y yo estaban escondidas.

-Se que están ahí zorritas, así que salgan...

-¿Qué hacemos Georgia? -Pregunto en un susurro audible sólo para mí Jessica.

-En algún momento tendrá que cansarse y nos aprovecharemos de ello. -Le conteste de un mismo susurro.

-Estas loca eso demorará una eternidad y nuestras familias ya deben estar preocupadas por nosotras.

-¿Qué sugieres?

-Corramos sin más, que nuestra vida depende de ello.

-Hija de la... Vale está bien.

Acto seguido nos aprovechamos de la distracción del loco y bajamos lento del fierro nos acercamos hasta el fin de las cortinas de arbustos que nos cubrían y decidimos correr, correr y correr.

-¡Corre Jessica! ¡corre joder! -Le grite a Jessica corriendo lo más rápido que podía.

-¡Viene detrás nuestra Georgia! -Grito Jessica asustada.

-Vengan... Para acá... Par de mocosas. -También gritaba el imbécil.

Jessy y yo corrimos con todas nuestras fuerzas, pero había sido en vano porqué aquel hombre tan loco tenía entre sus brazos a Jessy y por lo visto no la iba a soltar.

-Zorrita... ya no huyas, porqué es inútil. -Dijo ese hombre apretando fuerte el brazo de Jessy provocando que está gimiera del dolor.

-... ¿Q... Qui...en... Quién es usted? -¿Qué? Pero es que acaso es una broma de mal gusto, se nota a leguas que es un loco psicópata que busca matarnos y le pregunto ¿quién es? Soy una idiota.

-Me llamo Dominique... Dominique McGreen zorra y soy quien acabara con ambas por meterse en donde no debían. -Me dijo mirándome de forma tan fría y penetrante con esos ojos azules.

-Georgia... Georgia Anderson, no queríamos meternos donde no éramos invitadas, pero... -Pero Domi... Digo el imbécil de McGreen no me dejo explicarle nada.

-Siempre son pretextos... ¿pero saben? Hoy mataré dos pájaro de un escopetazo digo... De un tiro.

-Señor... McGreen. -Me atreví a llamarle por su apellido en un susurro.




Powered by EmailMeForm



2 comentarios :